calor latente y calor sensible

Publicado: 27/09/2024

Actualizado: 25/10/2024

Guía de luz y gas

5 min lectura

¿Qué son el calor latente y el calor sensible?

¿En qué se diferencian el calor sensible y latente? Te contamos sus características e implicaciones en los sistemas de climatización.

Cuando se trata de mantener un inmueble a la temperatura ideal, tienes que conocer muy bien las diferencias entre el calor latente y el calor sensible. Estos dos fenómenos térmicos te dicen cómo funciona un equipo de climatización y te ayudan a controlar el consumo energético.

¿Qué es el calor sensible?

El calor sensible es un fenómeno térmico que puede darse en un equipo de climatización. Lo que hace es calentar la casa sin que el agua cambie de estado. Un ejemplo de calor sensible es que, si pones agua en el microondas, el agua no se evapora y aun así se calienta.

O sea que el equipo de climatización va a calentar tu casa a base de aumentar la temperatura paulatinamente, sin necesidad de que el agua que utiliza llegue a hervir. La diferencia entre el calor sensible y el latente es que la subida de temperatura se va produciendo poco a poco.

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¿Qué es el calor latente?

El calor latente transforma el agua de un equipo de climatización en otro estado de materia. Si el calor sensible no lleva a la máquina a usar toda su energía y llevar el agua a ebullición, la máquina de calor latente se pone a trabajar más para hacer que el agua caliente se evapore.

Lo más normal es que se utilice el calor latente para la cocina y para los sistemas de refrigeración. También se puede usar para hacer funcionar los equipos de aire acondicionado, pero este último solamente tiene el objetivo de evaporar el agua sin aumentar el calor.

Y te preguntarás cuál es el fin de llevar una sustancia a evaporarse. El objetivo del sistema de climatización latente es aumentar la humedad en el ambiente, sin llegar a cambiar la temperatura. Por eso es que la climatización del calor sensible y latente no significa lo mismo.

Diferencia entre calor sensible y calor latente

La principal diferencia entre el calor sensible y el calor latente es que mientras el calor sensible es la energía que provoca un cambio de temperatura en una sustancia sin cambiar su estado molecular, el calor latente provoca un cambio de estado, pero no de temperatura.

Más detalladamente, el ‘calor escondido’ o latente se suministra en una materia pero no puede percibirse un aumento de temperatura, como ocurre cuando se efectúa un cambio de fase de hielo a agua líquida, o de agua líquida a vapor. Por el contrario, en el calor sensible sí se puede percibir este cambio, pudiendo añadir o restar calor y haciendo que la sustancia se vuelva más caliente o más fría.

Saber esta sutil diferencia sobre el calor sensible y latente es fundamental para poder elegir una máquina o sistema de climatización, ya que en todos los aparatos generadores de frío o calor se dan estos dos procesos de producción de energía.

¿Cómo influye el calor sensible y latente en la climatización?

El calor latente y sensible es una parte fundamental del funcionamiento de los equipos de climatización. Como quizá ya sepas, esos equipos tienen una batería donde tienen lugar los cambios de temperatura. Y los cambios en cuestión se producen al enfriar el aire del equipo.

Ahora bien, ¿qué pintan aquí los sistemas de calor latente y sensible? Pues son los que se encargan de hacer los cambios de temperatura. Mientras que el calor latente lo hace a base de humedecer el aire, el calor sensible lo hace a base de aumentar la temperatura térmica.

Para entenderlo, pongamos el ejemplo del aire acondicionado. Aquí el equipo usa el calor sensible para enfriar las temperaturas que ha subido el calor latente y aprovechar para crear humedad en el aire. ¡Eso hace que a veces usar el aire acondicionado te constipe!

Ejemplos de calor sensible y calor latente

Ahora que ya has visto en qué consisten el calor sensible y el calor latente y también has podido comprobar en qué se diferencian estos dos tipos de procesos de producción de energía, a continuación te proporcionamos algunos ejemplos de cada uno de ellos.

Algunos ejemplos de calor latente

  • Un ejemplo de calor latente es el que se produce cuando en un cazo de agua hirviendo el agua empieza a evaporarse. Al llegar a los 100 °C, el agua cambia de estado sin que eso implique que se eleven los grados en el segundo estado respecto al primero.
  • Para llevar a cabo un proceso de calor latente de fusión son necesarias 80 calorías por gramo para que un gramo de hielo a 0 °C se convierta en agua.
  • De igual forma, para que se produzca un proceso de calor latente de fusión con otros materiales como el acero son necesarias unas 50 calorías.
  • Con el aluminio el calor latente de fusión requiere de unas 85 calorías / 322-394 KJ. Por otro lado, el calor latente de vaporización son unos 2300 KJ
  • Con el hierro el calor latente de fusión equivale a 293 KJ y el calor latente de vaporización a 2360 KJ
  • Con el Mercurio el calor latente de fusión se traduce en 11.73 KJ mientras que el calor latente de vaporización son 356.7 KJ

Algunos ejemplos de calor sensible

  • Aplicar calor al agua hasta que su temperatura alcance una media de entre 1 y 100 °C
  • Aplicar calor al aluminio hasta que su temperatura esté a menos de 660 °C
  • Aplicar calor al plomo hasta que su temperatura esté por debajo de los 327 °C
  • Aplicar calor al zinc hasta que su temperatura se encuentre a menos de 420 °C

Redactado por Equipo de redacción Eligenio

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