26/12/2024
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La energía hidrotérmica es un tipo de energía renovable que proviene del calor de una masa de agua natural y tiene muchos usos.
Desde que el Parlamento Europeo y del Consejo aprobara en 2009 la política de fomento del uso de energías renovables como la energía hidrotérmica o la energía aerotérmica, se ha vuelto esencial explotar los recursos inagotables de la naturaleza para producir luz y gas.
En este post veremos a qué nos referimos exactamente por energía hidrotérmica, qué ventajas tiene almacenarla para generar electricidad y energía térmica a nivel mundial y en qué sectores sería muy útil disponer de este tipo de energía proveniente de los océanos.
La energía hidrotérmica es un tipo de energía renovable que proviene del calor de una masa de agua natural y que sirve para generar electricidad y recursos térmicos. La energía térmica y potencial de las corrientes del agua se suele transformar en electricidad.
De hecho, el 17% de la energía eléctrica renovable en España es generada a partir de instalaciones hidráulicas. Gran parte de este tipo de energía se extrae de aguas como ríos, saltos de agua y arroyos, aunque también se intentan aprovechar los mares y los lagos.
La energía hidrotérmica es más prometedora que la geotermia y la aerotermia, puesto que es la única fuente energética procedente del agua que podría llegar a sustituir todos los combustibles fósiles, cuya explotación y quema están perjudicando el medio ambiente.
Además, las instalaciones requeridas a la hora de generar energía hidrotérmica se consideran recursos geotérmicos convencionales, ya que solo se necesitan tres condiciones para la producción energética efectiva: calor, permeabilidad y una masa de agua.
Por ejemplo, el calor que se extrae de las fuentes hidrotérmicas proviene del agua caliente atrapada en rocas marinas que son porosas o están fracturadas. Como estas rocas se forman por capas más o menos impermeables, se crea un reservorio hidrotermal natural.
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Lo más interesante de aprovechar la energía hidrotérmica para satisfacer la demanda energética global es que es una fuente inagotable con un coste económico, una vez se amortizan los gastos de la infraestructura que conforman las instalaciones hidráulicas.
Aunque las centrales y los embalses que almacenan la energía hidrotérmica en las aguas superficiales son caros y dependen en gran medida del clima para asegurar la producción energética, la correcta gestión hidráulica compensaría estas desventajas a largo plazo.
Además, la energía hidrotérmica es totalmente limpia y no emite ningún tipo de gas tóxico que pueda dañar la atmósfera del planeta, por lo que aprovechar este recurso natural ayudaría a reducir las emisiones de CO2 que proceden de la quema de combustibles fósiles.
A pesar de la gran seguridad que prometen las centrales hidrotérmicas al usar el agua como combustible, es cierto que la instalación de infraestructura especializada en la explotación de la energía cinética del agua provoca cambios en el entorno y podría causar sequías.
Para que la energía hidrotérmica sea efectiva, primero es necesario instalar toda la infraestructura junto a la masa de agua que se pretende explotar. Este tipo de agua tiene que ser superficial e incluye mares, ríos, lagos o saltos de agua, por ejemplo.
La infraestructura que se instala en el entorno suele componerse de embalses, centrales y turbinas que se activan cada vez que se mueve la corriente o se produce un salto de agua. Cada turbina que se usa tiene que ser grande para evitar una tensión de vapor desigual.
Cuando las turbinas se activan, se produce energía cinética procedente del movimiento de las aguas, la cual acciona el generador. El generador de las centrales, a su vez, transforma esa energía en electricidad y calor y se aumenta el voltaje con ayuda de un transformador.
Cuando el voltaje de la electricidad es lo suficientemente alto, la central hidráulica emite la energía eléctrica a la red encargada de distribuirla a todos los puntos de consumo finales. El resultado es una energía eléctrica y térmica renovable, limpia e inagotable.
Una vez esta energía llega a nuestros sistemas de climatización, es conveniente usar una bomba de calor que permita reciclar el excedente energético como aguas grises y poder aprovecharse de forma totalmente efectiva en lavabos, inodoros, bañeras, duchas, etc.
La energía hidrotérmica es el combustible renovable y limpio que más interesa utilizar para producir electricidad y calefacción en todo el mundo, además de agua potable en los sistemas de ciclo abierto. Asimismo, la hidrotermia también es capaz de producir hidrógeno.
Por ejemplo, la energía hidrotérmica puede emplearse para reutilizar las aguas grises y así recuperar la energía sobrante, además de que sería el suministro de cualquier sistema de climatización tanto en viviendas como en piscinas en todo el mundo.
Por último, la energía generada con instalaciones hidráulicas también podría servir para fomentar la reproducción de muchas especies marinas diferentes gracias al movimiento de las aguas profundas, que son ricas en nutrientes y podrían emplearse en la acuicultura.
Como vemos, la energía hidrotérmica no es solo útil como suministro de los sistemas de climatización y como agua caliente sanitaria en cualquier vivienda, también es una causa directa que equilibra los minerales del suelo submarino y mejora la vida en el océano.
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