07/10/2024
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El autoconsumo colectivo con excedentes es una de las mejores opciones para aprovechar la energía solar ahorrando en la factura de la luz.
En España, el autoconsumo colectivo con excedentes se ha vuelto una gran innovación dentro de la industria fotovoltaica, ya que nos brinda la opción de compartir energía con un grupo de consumidores y así aprovechar al máximo la producción de las placas.
Con esta práctica no solo estamos rentabilizando todo lo posible el funcionamiento de los módulos fotovoltaicos, también estamos economizando el uso de unas instalaciones que generan energía renovable para cuidar del medio ambiente y vivir de forma sostenible.
Fue el día 5 de abril cuando se publicó el Real Decreto 244/2019, donde se definía que existían dos modalidades distintas de autoconsumo colectivo, para así poder compartir una instalación formada por paneles fotovoltaicos entre un conjunto de consumidores.
La modalidad de autoconsumo colectivo no acogido a compensación se refiere a la venta del excedente energético a la red eléctrica, es decir, que se vende toda la energía que ha sobrado de una instalación de placas solares y que el productor no ha empleado en casa.
Dentro de la modalidad se ofrecen dos alternativas a la hora de realizar la venta: el titular puede convertirse en un productor dentro del autoconsumo fotovoltaico, o puede hacer un acuerdo con cualquier comercializadora que desee comprar el excedente de energía.
La modalidad de autoconsumo colectivo acogido a una compensación simplificada consiste en recibir un descuento sujeto al excedente energético en las facturas mensuales pertenecientes a cada miembro del grupo que comparte una instalación de paneles solares.
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Además de las dos modalidades por las que podemos optar cuando participamos en el autoconsumo colectivo, existen dos maneras en que podemos conectar la instalación fotovoltaica compartida: a través de la red eléctrica o directamente a la red interior.
Cuando la instalación fotovoltaica se conecta a la red eléctrica más cercana también se instala un contador bidireccional, para así poder controlar tanto la producción de energía solar como la cantidad que el conjunto de miembros del autoconsumo colectivo utiliza.
Esta opción es válida incluso entre participantes que comparten módulos fotovoltaicos pero que se encuentran en inmuebles distintos (como ocurre, por ejemplo, entre dos empresas).
Cuando la instalación fotovoltaica colectiva se conecta a la red interior, nos referimos al inmueble residencial que tiene conexión con la red en algún punto previo al contador. En este caso, por ejemplo, una comunidad de propietarios se asocia por líneas directas.
Claro está que, para poder pertenecer al autoconsumo colectivo con excedentes, necesitamos cumplir una serie de requisitos aprobados de cara a la comunidad de participantes que tiene pensado rentabilizar una misma instalación fotovoltaica:
Por último, es importante que cada participante del autoconsumo colectivo con excedentes esté registrado en la misma referencia catastral, junto a la instalación fotovoltaica.
Por suerte, hay una gran variedad de instalaciones que podemos elegir a la hora de optar por el autoconsumo compartido. El tipo de instalación que elijamos dependerá del inmueble al que vaya dirigida la energía solar que producen las placas fotovoltaicas.
El autoconsumo colectivo en zonas residenciales incluye al menos dos casas unifamiliares con una distancia máxima de 500 metros de las placas solares. Este grupo de hogares tiene que cumplir con todos los requisitos para generar energía y compartirla.
El autoconsumo colectivo en polígonos industriales incluye dos o más empresas que se encuentran en un mismo polígono y desean compartir las placas fotovoltaicas industriales, bien a través de la conexión con la red eléctrica o de la conexión directa con las placas.
El autoconsumo colectivo en comunidades de propietarios o empresas es el que más se suele elegir cuando la mayor parte de los propietarios de una comunidad están de acuerdo en instalar los paneles fotovoltaicos para la producción y consumo de energía solar.
Para ello, se firma un contrato en el que se establece un reparto equitativo de toda la energía producida por la instalación fotovoltaica. La distribuidora será la encargada de decidir el coeficiente del reparto que se hará entre los miembros de la comunidad.
Si únicamente hubiera un propietario interesado en la instalación de paneles solares, tendría que ser capaz de convencer a dos tercios de la comunidad a la que pertenece para que esa instalación pudiera llevarse a cabo en la cubierta del inmueble.
Definitivamente, el autoconsumo colectivo con excedentes es rentable, sobre todo si pensamos en la cantidad de gasto económico que conseguimos ahorrarnos.
Así pues, no solo vamos a desembolsar menos dinero para instalar placas fotovoltaicas, sino que también nos aprovechamos de la amortización que se genera a partir de tres o cuatro años desde que empleamos la energía solar como recurso eléctrico en el hogar.
Todo esto se debe a que la duplicación de instalaciones obligatorias como un inversor fotovoltaico no es necesaria cuando estamos acogidos al autoconsumo colectivo. Además, una comunidad de consumidores será capaz de generar más energía por menos coste.
Por último, el autoconsumo colectivo con excedentes es rentable porque hay más espacio para poder instalar las placas fotovoltaicas, lo cual es muy conveniente a la hora de elegir la superficie más adecuada para que la instalación solar alcance su máxima producción. Aquí puedes obtener más información sobre tarifas de luz con placas solares.
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